Viajar o el nuevo concepto que tenemos del viaje va mucho más allá de visitar un lugar o movernos de un sitio a otro.
Ahora viajar, se ha convertido en la mejor manera de conectar y conocer culturas diferentes, descubrir nuevas historias y sobre todo, explotar sabores y comidas, lo que nos lleva directos al corazón de cada uno de los destinos.
Zaragoza, como capital Aragonesa, es fiel a esta regla.
Para vivir Zaragoza por completo, es necesario sumergirnos en su rico panorama gastronómico y así, probar las recetas y las comidas más características de la capital.
Cada receta y cada plato concentran parte de la historia y de la cultura de la ciudad y de su gente, fundiendo tradiciones que se remontan a tiempos pasados con estilos contemporáneos que asombran y complacen a todos.
¿Te lo vas a perder? Sigue leyendo nuestro blog y déjate atrapar por tan suculento contenido.
Conoce ahora los mejores Bares de tapas con terraza en Zaragoza y disfruta de una tapa autentica de la ciudad de Zaragoza.
Conoce los Sabores de la Gastronomía Zaragozana con nosotros
No importa si a tu paladar le agrada más lo dulce o lo salado, la comida zaragozana está diseñada para complacer a todos nuestros visitantes.
En este blog, vamos a darte todas las pistas que necesitas para conocer los platos típicos de Zaragoza que debes probar y así disfrutar, de forma completa, de la esencia de nuestra capital.
Además, te vamos a dar algunos datos curiosos sobre la preparación de cada una de las recetas que aquí comentamos, para que conozcas y te decidas a probarlas. ¿Estás preparado?
Si acabas de llegar a la ciudad y estás buscando empaparte de nuestra cultura culinaria, permanece atento, te vamos a proponer los diez platos más tradicionales y sabrosos de Zaragoza.
Riqueza gastronómica: Te descubrimos nuestra oferta culinaria en Zaragoza
Zaragoza es una ciudad de gran riqueza gastronómica, cargada de productos autóctonos, que van, desde las mejores carnes con denominación de origen, como es el caso del Ternasco de Aragón, pasando por las verduras frescas y de temporada de los huertos aragoneses, hasta los postres más sabrosos como las torrijas.
Con el tiempo, Zaragoza se ha convertido en un auténtico paraíso para los paladares más exigentes, gracias a la amplia oferta culinaria que ofrece.
En este post te ayudaremos a descubrir a través de los 10 platos más característicos de la ciudad, los sabores más emblemáticos de la región.
Una gastronomía marcada por su origen y su historia
La oferta gastronómica zaragozana es un fiel reflejo de su situación geográfica y de su historia.
Localizada en un cruce de caminos entre lo rural y lo cosmopolita, ha ido absorbiendo e incorporando lo mejor de las tradiciones culinarias de los pueblos que han habitado sus tierras y sus regiones vecinas.
Es así, como ha creado una identidad gastronómica única que ha sabido mantener vivo el empeño de sus cocineros y productores.
Nuestra carta va desde platos contundentes que hace siglos se servían en los bares más antiguos de Zaragoza, hasta las innovadoras creaciones que buscan sorprender al comensal más contemporáneo.
En Zaragoza predominan sabores, donde la calidad del producto y el respeto por la tradición son los protagonistas principales.
Comer en Zaragoza se convierte, hoy en día, en una oportunidad imprescindible para conocer Aragón, compartir mesa, disfrutar de buena compañía y de vivir experiencias muy sabrosas.
En definitiva, ya te decantes por platos más clásicos o busques sorprenderte a ti mismo con las últimas tendencias culinarias, Zaragoza está pensada para poder ofrecerte una experiencia gastronómica completa, única y gratificante durante tu estancia.
Comida en Zaragoza: el resultado de un cruce de culturas
Somos el resultado de nuestra historia.
Desde los campos hasta la mesa, Zaragoza ofrece una experiencia gastronómica que cuenta una historia de la tierra y de las manos que trabajaron cada uno de los ingredientes de sus recetas.
Desde el mimo y cuidado de los artesanos que cuidan las huertas aragonesas, donde más tarde se recogen las verduras que darán lugar a platos exquisitos.
Pasando por los ríos que cruzan las ciudades rodeando los extensos campos donde se crían multitud de corderos que serán el origen de una de las ofertas gastronómicas y culinarias que más está llamando la atención en España por su calidad.
Novedades en la gastronomía Aragonesa tradicional
Platos como el ternasco de Aragón o las migas aragonesas, con su larga historia, conviven y se sientan al lado de nuevas creaciones.
Generalmente los chefs locales buscan en el recetario antiguo para recuperar y reinterpretar con las técnicas más novedosas y de la forma más creativa los antiguos platos de la tradición Zaragozana.
De esa manera, la mejor cocina tradicional, se mantiene y se proyecta al futuro, captando la atención de foodies y críticos gastronómicos de todo el mundo.
La influencia de las culturas que han pasado por Zaragoza a lo largo de la historia se puede saborear en su cocina.
Romanos, árabes, judíos y cristianos han dejado su huella, contribuyendo a la riqueza de sabores y técnicas culinarias. Platos como el bacalao ajoarriero o dulces como el turrón de guirlache son un buen ejemplo de cómo la convivencia de culturas enriquece la mesa zaragozana.
Eventos en Zaragoza una forma de disfrutar de la gastronomía
En Zaragoza, la gastronomía es también motivo de celebraciones en forma de festivales y eventos culinarios, en los que zaragozanos y visitantes, pueden saborear y conocer la variedad de su cocina.
Siempre “es un buen momento” para empaparse de la cultura gastronómica de Zaragoza, a base de catas de vinos y quesos de la zona, talleres de cocina y rutas gastronómicas que nos llevarán de los mercados más tradicionales a los establecimientos más innovadores.
La comida Zaragozana: un viaje sensorial a través de los sabores de la zona
En conclusión, la gastronomía zaragozana es un viaje sensorial que entrelaza historia, cultura y amor por la buena comida, donde cada bocado es un tributo a la tierra aragonesa, un encuentro con la tradición y un guiño a la innovación de nuestro recetario aragonés.
Zaragoza se convierte en un destino imprescindible para el apasionado de lo culinario, y promete una experiencia inolvidable que cautiva y satisface a todos los paladares.
Platos Esenciales de la Gastronomía Zaragozana
La gastronomía en Aragón y en concreto en Zaragoza, cuenta con un recetario muy rico y diverso donde se incluyen platos míticos que te acercan a la ciudad a bocados.
Aunque son muchos los que reúnen las características propias de la localidad, aquí te compartimos algunos de los más significativos que te ayudarán a disfrutar de todo lo que aquí te contamos.
Disfrutar de un plato auténtico de migas aragonesas con huevo frito
Las migas aragonesas son una de las joyas de la corona de la cocina aragonesa. Un plato que cuenta una historia, la historia de un pueblo, su cultura, su ingenio y su amor por lo bien hecho.
Y es que este plato, tradicionalmente ligado a la vida de los pastores y trashumantes aragoneses, quienes, con necesidad de aprovechar al máximo los pocos recursos que tenían crearon una receta sencilla en ingredientes pero rica en sabor y tradición, que se ha mantenido hasta nuestros días.
Elaboración de las migas aragonesas, un manjar de Zaragoza
Elaboradas principalmente con pan duro, que se desmenuza y se fríe lentamente en sebo de cordero o tocino, las migas aragonesas, son un ejemplo perfecto de cómo la cocina de aprovechamiento puede dar lugar a platos de un sabor excepcional.
El añadido de ajo y, a veces, pimientos y chorizo y por excelencia de la uva, aporta a las migas una complejidad de sabores que las convierte en una comida ideal para los fríos días de invierno de Aragón.
La culminación de este plato, viene con un huevo frito por encima, cuya yema, al romperse se mezcla con las migas, creando una combinación de texturas y sabores que es simplemente irresistible.
Este elemento no solo añade riqueza al plato, sino que también crea un contraste visual y gustativo que eleva la experiencia de comer migas a otro nivel.
Servir las migas también es un arte
No solo eso, la colocación de las migas en el horno podría parecer un paso innecesario para un plato que, a todas luces, ya se encuentra completamente elaborado, sin embargo, le da al pan una increíble textura y una mayor capacidad de absorber todos los sabores de la receta.
Finalmente, servir las migas aragonesas es un ritual completo en sí. La tradición dicta que el plato haya sido preparado en una gran sartén o cazuela de barro que luego se lleva a la mesa, fomentando el sentido de comunidad y convivencia.
un plato cargado de significado y tradición en zaragoza
No es una comida, comer migas en Zaragoza se convierte en una celebración de la vida rural aragonesa, una forma de conectar con las raíces y la historia de la región.
Las migas aragonesas, con su sencillez y profundidad, ofrecen una lección de cómo la gastronomía puede ser un espejo de la cultura y la geografía de un lugar.
A través de este plato, Zaragoza invita a propios y a los visitantes a descubrir su identidad, a compartir un momento de unidad y a disfrutar de los sabores auténticos de su tierra.
Por todo ello, las migas con huevo frito no son solo una comida zaragozana obligatoria para el visitante; son una puerta abierta a la esencia misma de Aragón, un plato humilde en su concepción pero majestuoso en su sabor y significado.
El ternasco de Aragón al horno con patatas, una delicia imprescindible en los restaurantes de Zaragozanos
El ternasco de Aragón es mucho más que un plato típico; es una auténtica institución en la gastronomía de esta región española, un emblema de su cultura y sus tradiciones culinarias.
Este plato se centra en la carne tierna y jugosa del cordero joven, específicamente animales que no superan los 90 días de edad, lo que asegura una textura suave y un sabor delicado, distintivo de este ingrediente principal.
Preparación del plato de ternasco en Zaragoza
La preparación del ternasco no es complicada, pero requiere atención y cuidado para respetar la calidad de la carne. El método más usado y tradicional es el asado al horno, acompañado de patatas.
Las patatas, cortadas en rodajas o trozos, se cocinan lentamente en la misma fuente que el ternasco, absorbiendo los jugos y sabores de la carne, lo que resulta un acompañamiento perfecto, suave por dentro y crujiente por fuera.
Para comenzar, el ternasco se adoba con ajo, sal, pimienta y, a menudo, hierbas aromáticas de la región, como el romero o el tomillo, que complementan a la perfección el sabor de la carne.
Luego, se coloca en el horno, precalentado a una temperatura que permite una cocción lenta y uniforme, garantizando que la carne se mantenga tierna y jugosa por dentro, con una piel exterior dorada y crujiente.
Las patatas, colocadas alrededor del ternasco se cocinan en la misma bandeja, aprovechando así los jugos que suelta la carne durante la cocción.
Historia del ternasco de Aragón, el origen de un emblema
El ternasco de Aragón al horno con patatas, no solo es una delicia para el paladar gracias a sus sabores ricos y complejos, sino que tiene un sentido histórico y mantiene vivas las tradiciones aragonesas.
En este plato se condensa la importancia de la ganadería ovina, una actividad que se ha practicado durante siglos y que forma parte de la economía de la región.
Zaragoza cuna del ternasco de Aragón
Comer ternasco de Aragón al horno con patatas no es simplemente degustar una comida deliciosa, es también participar en una tradición que se ha transmitido de padres a hijos.
Cualquier bocado es un homenaje a la tierra, a sus pastores y a la riqueza gastronómica de Aragón.
Por eso, disfrutar de esta comida Zaragozana, se convierte en una de las paradas obligadas para cualquier viajero que quiera empaparse de la auténtica cocina aragonesa y de un manjar que es puro sabor, calidad y simplicidad.
Bacalao Ajoarriero: del aislamiento geográfico a un manjar zaragozano
Desde hace mucho tiempo, la Semana Santa en Zaragoza es sinónimo de bacalao ajoarriero.
Una receta que se remonta a tiempos antiguos y que surge como respuesta a la necesidad de conservar el pescado en una región de interior como es Zaragoza.
A lo largo del tiempo, esta receta se ha ido perfeccionando a través de la incorporación de productos locales.
Un plato que surgió de la necesidad se ha convertido hoy en día en una exquisitez.
El desmigado y desalado del bacalao, su cocción en hogueras de romero, su pase por el horno para terminarlo y su mezcla con patatas guisadas, tomate, ajos, aceite, pimientos, espárragos, huevos, le dan a este plato, su toque casero y especial.
El bacalao ajoarriero de Zaragoza es la demostración palpable de que las recetas nacen de las necesidades y pueden acabar siendo un plato fundamental de nuestras cartas Zaragozanas.
Preparación de un plato único: bacalao ajoarriero
La preparación del bacalao ajoarriero es un arte que refleja la sabiduría de generaciones de cocineros aragoneses.
Comienza con la desalación cuidadosa del bacalao, un proceso que requiere paciencia y precisión para asegurar que el pescado mantenga una textura y sabor óptimos.
Luego, el bacalao se cocina durante varias horas en una olla con patatas en rodajas finas, ajo picado y, en algunas zonas, también pimientos, mezcla que se remueve hasta alcanzar un guiso suave y bien compenetrado evocando los gustos más auténticos.
Antes de servirse, se incorpora al guiso un huevo y se bate enérgicamente, lo que liga todos los componentes y aporta cremosidad al conjunto.
Innovación de bacalao ajoarriero
El plato de ajoarriero significa más que una combinación de ingredientes. Es un ejemplo del don de adaptación y reinvención de la cocina zaragozana.
A lo largo de los siglos, el bacalao ajoarriero ha sabido permanecer fiel a sus orígenes pero ha ido incluyendo novedades: desde una base de frutos secos hasta un toque con trufa negra de la tierra. Poniendo de relieve la versatilidad y contexto de la cocina zaragozana.
Sumergirse en un plato de bacalao ajoarriero en Zaragoza es sumergirse en la historia de esta tierra. Es conectar con las historias de los pescadores que lo trajeron desde el mar a mediados del siglo XVI, de los cocineros que han dejado su huella en cada plato, de las familias que lo han elaborado una y mil veces, y de los zaragozanos que hace más de cuatrocientos años lo convirtieron en uno de los símbolos de su cultura gastronómica.
Disfrutar del bacalao ajoarriero es, sin lugar a dudas, una deliciosa invitación a explorar la identidad de Zaragoza a través de sus sabores más auténticos, sus tradiciones más arraigadas y, en definitiva, a poner la mesa a la orilla del Ebro en uno de los rincones más especiales de la cocina española.
El bacalao ajoarriero es, por tanto, una parada obligatoria en el itinerario culinario de cualquier visitante que quiera experimentar la esencia de Zaragoza en su mesa.
Disfruta de un auténtico guiso de verduras en Zaragoza
Los guisos de verduras forman parte del ADN de la tradición culinaria de Aragón, una región que se enorgullece de sus huertos y de la abundancia y diversidad de sus productos agrícolas.
Este guiso es un homenaje a la tierra, una celebración de la cosecha que hace alarde del esplendor de la huerta aragonesa y que reúne lo mejor en una misma cazuela.
la base del auténtico guiso: las verduras de temporada
A la mezcla de verduras, que varía de una temporada a otra, se le suma huevo, en forma de tortilla o en ocasiones revuelto y trozos de jamón o tocino blanco. Todo ello aporta profundidad y un sutil contrapunto de sabor que realza el resultado final.
Preparar un auténtico guiso de verduras aragonés es embarcarse en un viaje de sabores que comienza seleccionando los ingredientes más frescos y de mayor calidad.
Desde tiernas alcachofas y crujientes judías verdes hasta suaves calabacines y jugosos tomates, cada verdura aporta su textura y un sabor característicos al plato.
La clave de un buen guiso reside en el equilibrio y en la armonía entre todos estos elementos, cocinados lentamente para que se fusionen en una experiencia gustativa rica y compleja.
El huevo, un añadido en los guisos Zaragozanos
La incorporación de huevo, batido y añadido al final de la cocción, actúa como unión que suaviza y une los sabores. Los trozos de jamón o tocino blanco infunden al guiso una sutileza que enriquece el perfil gustativo del plato.
Este detalle no solo aporta un contraste de texturas sino que también rinde homenaje a la tradición culinaria aragonesa, donde el aprovechamiento de los recursos y la combinación de ingredientes de la tierra con productos del cerdo son prácticas habituales tal y como ocurre en el caso de las migas aragonesas.
El guiso Zaragozano un equilibrio natural de verduras del huerto
Más allá del delicioso sabor que ofrece, este plato nos habla de la conexión de Aragón con su entorno natural, con sus campos, de su respeto por el ciclo de las estaciones, de la importancia de la sostenibilidad y de un consumo responsable.
Servido caliente, un guiso de verduras no sólo sirve para templar el cuerpo en los días más fríos, sino que alimenta el alma, recordándonos el valor de las cosas simples y de compartir una comida hecha con amor.
Por todo ello, disfrutar de un auténtico guiso de verduras aragonés es mucho más que disfrutar de una deliciosa comida; es una invitación a apreciar la riqueza de la gastronomía local, a valorar la frescura y calidad de los productos que la huerta aragonesa sigue aportando a la mesa y a celebrar las tradiciones culinarias que hacen de la cocina aragonesa, una de las más ricas y variadas de toda la geografía española.
Disfruta de nuestro pollo al chilindrón, una joya culinaria originaria de Zaragoza
El pollo al chilindrón no es solo un plato; es la representación genuina de la cocina aragonesa que incorpora la tradición y el sabor de la región en cada bocado.
Esta especialidad, que ocupa un lugar privilegiado en el recetario de Aragón, se conoce por su salsa chilindrón rica y colorida. ¿La conoces?
Esta perfecta combinación de pimientos, cebollas, tomates y jamón crea una mezcla de sabores que acentúan el sabor suave y jugoso del pollo.
No obstante, se necesita preparación y selección para fusionar los ingredientes y alcanzar el equilibrio perfecto del que este plato presume.
La salsa chilindrón un añadido único en este plato
La salsa chilindrón se basa en una mezcla de verduras pochadas lentamente y enriquecidas con jamón, que acompaña a cada pedazo de pollo, para que todos los sabores y texturas se cocinen juntos y el plato final obtenga una consistencia suave.
Este plato es un testimonio de cómo la cocina aragonesa utiliza los productos de su tierra para crear platos inolvidables con una irresistible carga histórica.
El plato central de las celebraciones familiares y festivales, el pollo al chilindrón es una muestra emblemática de la generosidad y sabor en Zaragoza.
Las borrajas con patatas, el plato típico zaragozano.
Aunque son muchas las hortalizas y verduras que se cultivan y disfrutan en Aragón, las borrajas se alzan como las reinas indiscutibles del reino del huerto aragonés.
No solo por su delicado sabor y su textura aterciopelada, sino también por su riqueza en nutrientes que las hace reconocidas en todo el mundo.
Cocidas junto con las patatas, su combinación en este plato es una expresión de la sencillez y riqueza de la tierra aragonesa.
La borraja, cocida hasta alcanzar el perfecto punto de textura junto a las patatas, son la esencia de la cocina de aprovechamiento, donde la materia prima fresca y de calidad manda.
Las borrajas con patatas son una muestra más del compromiso de Zaragoza con la sostenibilidad y el ciclo natural de cultivo del huerto.
Por su sencillez, autenticidad y sabor, también son el bocado preferido de los zaragozanos que no dudan en ofrecerlas al visitante para que experimente esta parte tan entrañable de la dieta aragonesa.
Las borrajas con patatas son más que un plato, es una experiencia que ata a quien las prueba a la tierra y a las costumbres zaragozanas.
El pollo al chilindrón y las borrajas con patatas son dos platos típicos de Zaragoza que invitan a zambullirse en los sabores aragoneses, auténticos en su riqueza y profundamente arraigados a la tradición. Una cita ineludible para quien quiera ahondar en la cultura gastronómica de la ciudad y sentir de primera mano la pasión y el entrega a su cocina.
Postres en Zaragoza: explorando el sabor dulce de la ciudad
La capital aragonesa cuenta con tradicionales dulces para completar la degustación de su rica herencia gastronómica, que ponen el broche de oro a cualquier comida o al de café de media tarde.
Dulces que no sólo deleitan el paladar con sabores únicos y texturas diversas, sino que también cuentan un pedazo de la historia y las costumbres de la ciudad. ¿Quieres conocerlos?
El arte repostero en Aragón
Desde el crujiente y aromático turrón de guirlache con almendras tostadas y caramelizadas envueltas entre láminas de caramelo horneado y un toque de anís, hasta las frutas de Aragón. Unas pequeñas frutas confitadas recubiertas de un dulce y oscuro chocolate que las convierte en pequeñas joyas. Cada uno de estos dulces es una muestra del arte repostero aragonés.
El arroz con leche cocido lentamente hasta alcanzar una consistencia cremosa, y acompañado con un poco de canela, es un postre casero emblemático para muchas personas. Este postre evoca recuerdos infantiles y momentos compartidos con la familia.
El melocotón con vino, por su parte, es una extraordinaria experiencia gustativa que combina la dulzura natural de los melocotones cultivados en las prósperas tierras de Aragón, con la riqueza de un buen vino tinto local, lo cual, a su vez, da lugar a un postre que es una auténtica obra maestra culinaria y a una exaltación de los productos regionales.
Estos dulces con todos sus matices y sabores, rinden homenaje al amor y la dedicación de la ciudad por la repostería. Un amor, que continuará recreando las recetas que se han transmitido de generación en generación mientras se exploran nuevas maneras, más inteligentes y sabrosas, de presentarlas de una forma moderna para el disfrute de los más exigentes paladares.
En ese sentido, disfrutar de cualquiera de los increíbles dulces tradicionales de Zaragoza, sin importar cual sea, es darse un festín de dulzura, además de ensalzar la cultura y las tradiciones de la región. Además, se ha convertido en una parada recomendada para el viajero que esté interesado en el sabor dulce de la vida en la capital aragonesa.
El arroz con leche como postre típico de la región española de Aragón.
Aunque el arroz con leche es un postre conocido y apreciado en muchas partes de España, su lugar especial en Aragón lo hace un postre tradicional y local.
Creado a través de los ingredientes más simples pero ricos, el arroz con leche se ha convertido en un símbolo de la cocina casera de Aragón.
Su particular cremosidad y la forma en la que produce una inmediata sensación de hogar lo hace un dulce imprescindible en las cocinas Zaragozanas.
Este postre hace alarde de los productos de leche fresca de la región en combinación con la selección de los granos de arroz y de azúcar más un toque de canela.
Preparación del arroz con leche en Zaragoza
La preparación del arroz con leche en Aragón está envuelta de cuidado y atención, una fiel representación del cariño por la tierra y el legado gastronómico.
La leche, que proviene de las ganaderías locales, es el ingrediente estrella de este postre y su calidad es esencial para lograr la textura suave y envolvente que caracteriza al arroz con leche aragonés.
El arroz cocinado a fuego lento dentro de esta leche hasta que alcanza el punto exacto de cocción, nos regala un postre a la vez sencillo y ganador.
Un postre que es al mismo tiempo, un canto al buen hacer y al hacer sostenible.
El disfrute de cada cucharada de arroz con leche encierra un sutil recordatorio de cómo hoy en día sigue siendo tan importante la producción agrícola y ganadera en el territorio aragonés.
Un plato que, además, sabe a encuentro. Al igual que la jornada laboral del campo, su dulzura se comparte.
No es de extrañar, por tanto, que en este territorio sea habitual encontrarlo en el recetario familiar o como reina de las fiestas de cada localidad.
El arroz con leche: un postre con sabor a hogar
En resumen, más allá de ser un postre delicioso, el arroz con leche en Aragón es una expresión de conexión cultural donde el mundo antiguo y el moderno se encuentran.
Cada vez que se cocina y se comparte, se refuerzan los lazos entre la tierra y las generaciones, manteniendo intacta la herencia culinaria de la región.
Un recordatorio de que es importante tomar una pausa y disfrutar de los placeres simples. Es un postre que nos muestra el papel vital que desempeñan las tradiciones en la vida actual.
El arroz con leche aragonés no es un simple dulce para deleitar el paladar; es un festín para el pensamiento, instando a la reflexión en torno a las verdaderas raíces de los alimentos que consumimos, y por qué vale la pena conservar recetas antiguas en un mundo en que cada vez más, construimos sobre la cultura de los demás en lugar de la nuestra.
El arroz con leche es el testigo dulce de cómo Aragón ha vivido siempre comprometido con la tierra.
Degustarlo es estar bebiendo, a sorbos agridulces, la historia y la cultura aragonesa, disfrutando de un asalto a la razón hecho placer.
Un placer en el que, quizás, en su sencillez, podamos encontrar el secreto de “lo aragonés”.
Turrón de Guirlache: un símbolo Dulce de la Tradición Aragonesa
El turrón de Guirlache es producto de la artesanía que se transmite de padres a hijos, todo un saber hacer que lo hacen un capricho para el paladar de grandes y de los pequeños.
Su inconfundible textura crujiente es el resultado del dominio del punto exacto del caramelo, en su justa ebullición, que le da la consistencia para envolver la almendra pero mantenerla crujiente.
Una precisión, suerte y paciencia que garantizarán la experiencia del éxito final y que dan fe de siglos de compromiso con la calidad y la excelencia en el trabajo de los maestros pasteleros de Aragón.
La exquisitez más crujiente
El turrón de Guirlache no es “una más” de las exquisitas variedades de la repostería española, es el testimonio dulce de cómo la historia y la cultura aragonesa ha sabido teñir de esencia una de sus muchas exquisiteces de mesa. Gracias a la huella inolvidable que dejaron la unión de culturas que, a través de los siglos, fueron tejiendo Aragón.
El turrón de guirlache es una tentación de la categoría de los turrones de coco, de los de café o de yema, de los de guindas y los de frutas confitadas, de los de trufa.Sus almendras Marconas -las de mayor calidad y sabor- intensísimo; su caramelo, dorado como el oro del Monegros; el aroma de su anís… son la “obra” de los maestros de la tradicional repostería aragonesa.
El guirlache: un dulce entre culturas
El guirlache es mucho más que un almendrado, es la sabrosa celebración de los frutos de la desbordante huerta aragonesa y de siglos de tradición forjados con maestría artesana.
Las almendras Marcona, son una de las joyas de la agricultura de la tierra. El toque de anís, además de darle su sutil aroma con recuerdos de las querencias árabes traída a los fogones de la Península Ibérica por los antiguos romanos, aporta la esencia de tantos mestizajes enriquecedores en la historia culinaria de los aragoneses.
Degustar el turrón de Guirlache es viajar a través del tiempo y del espacio, es conectar con la historia de Aragón y con las manos expertas que, con dedicación y amor por su oficio, continúan elaborando este dulce siguiendo las antiguas recetas.
Es, en cada bocado, descubrir la riqueza de los sabores y la textura que hacen de este turrón una experiencia inolvidable.
Por todo ello, el turrón de Guirlache no puede faltar en ninguna visita a Zaragoza, especialmente durante las fiestas y celebraciones, donde se convierte en protagonista de las mesas, compartiendo y difundiendo el orgullo por la herencia gastronómica aragonesa.
Este postre invita a locales y visitantes a sumergirse en la dulzura de Aragón, disfrutando de un pedazo de su historia y tradición en cada trozo de este dulce excepcional.
Frutas de Aragón: Delicias Confitadas en el Corazón de la Tradición
Las Frutas de Aragón no son un simple postre, sino el vivo testimonio de la riqueza y la creatividad de la gastronomía aragonesa.
Esta delicia no solo combina la dulzura natural de las frutas confitadas con el acentuado sabor y la exquisitez del chocolate negro, sino que también sostiene una tradición que ha pasado de generación en generación, hasta convertirse es un verdadero emblema regional y un auténtico regalo para el paladar de los zaragozanos y turistas.
La confección de las Frutas de Aragón es un arte que entremezcla precisión, paciencia y respeto por los ingredientes.
Cada fruta, es seleccionada por su calidad y frescura y es confitada con mimo, lo cual consiste en un delicado proceso que da base a cocer la fruta a fuego lento en almíbar, de manera que la fruta adquiere una dulzura infinitamente más suave, sin renunciar por ello a su esencia o a su sabor original.
Gracias a este minucioso método, es posible degustar las frutas fuera de temporada.
Las frutas de Aragón un postre muy local
Las frutas confitadas se sumergen en un baño de chocolate negro de alta calidad en cuanto están listas, dando como resultado un derroche perfecto de sabores y texturas: la dulzura del fruto y el amargor distinguido del chocolate, juntos en un mordisco exquisito que no deja de seducir y sorprender.
Más allá de su indiscutible delicia, las frutas de Aragón son también testimonio del ingenio culinario de la región a la hora de continuar innovando en la riqueza de la tradición.
Este postre narra la historia de Aragón, recordándonos la importancia de unas técnicas de conservación de alimentos que permitían a nuestros ancestros rescatar el sabor de las frutas a lo largo del año, incluso en invierno.
El dulce más emblemático de la ciudad de Zaragoza
Las frutas de Aragón son mucho más que un postre: son un emblema de la identidad aragonesa, una celebración de la estacionalidad y la abundancia de la tierra, y un recordatorio de que en la cocina reside la capacidad de hacer historia, pura invención.
Son nuestra propuesta en forma de manjar para conectar con la cultura aragonesa, un delicioso mordisco de souvenir que invita a recomponer su historia a cada bocado.
Una visita a Zaragoza de cualquier amante de la gastronomía no estaría completa sin una degustación de las Frutas de Aragón. Este regalo perfecto representa la esencia y el sabor de Zaragoza, y con ello la riqueza de sus tradiciones culinarias.
Melocotón con vino: la tradición zaragozana que reúne lo más exquisito de la tierra
El melocotón con vino es un postre zaragozano por excelencia que aúna el aroma de los melocotones y la dulzura de los vinos de Aragón.
El dulzor de los jugosos melocotones de Calanda, conocidos por su calidad excepcional y un sabor inigualable, es el mejor homenaje de la ciudad a sus tierras y sus tradiciones.
Preparación de los melocotones con vino
Preparar este postre es un ritual cargado de tradición que comienza con la selección de los melocotones más maduros y perfectos. Más tarde, se pasa a pelarlos y a sumergirlos en un vino tinto de excelente calidad, por su capacidad de complementar y realzar el dulzor natural de la fruta.
Más tarde se pasa a azucararlos y perfumarlos con un toque de canela que los llenará de un aroma que nos hará viajar al calor y la riqueza del otoño aragonés.
Con el tiempo, los melocotones irán tomando el vino, jamás disolviéndose en él, convirtiéndose en una creación culinaria que es tanto un postre como una experiencia sensorial. En ella, la textura de la fruta, ennoblecida por la maceración, se combina con el complejo sabor del vino para pasar del dulzor al cuerpo en un equilibrio no sólo técnico, sino emocional.
Cada sorbo o cucharada ofrece un postre que es a la vez refrescante y reconfortante.
Identidad y sabor en un postre único
El melocotón con vino es mucho más que una mezcla deliciosa, es un manjar que encarna la identidad cultural de Zaragoza y rinde homenaje a un aspecto importante de la región: la mezcla perfecta entre la viticultura y la agricultura.
Este postre no solo es una manifestación de la temporada de cosechas y una manera de disfrutar el fruto de los melocotones de Calanda en todo su esplendor, sino también un viaje al pasado Cevocativo de la tradición del vino en Aragón, de la importancia del vino en la vida social y en la gastronomía aragonesa.
El melocotón con vino no necesita servirse en ocasiones especiales para poder ser disfrutado: es más bien la ocasión en sí, y el contexto perfecto en el que zaragozanos y turistas pueden recordar y celebrar la belleza y la generosidad de la naturaleza aragonesa, celebrada en cada bocado de esta delicia que sabe a sabor, tradición y cultura.
Las torrijas: un postre humilde pero auténtico
Dentro de la rica gastronomía de Zaragoza destaca un dulce sencillo pero de profunda tradición: las torrijas.
Este postre, estrella de la Semana Santa, tiene orígenes modestos pero una larga historia que se remonta a siglos atrás, cuando se ideó una forma de aprovechar y darle un segundo uso al pan que se queda seco del día.
Las torrijas no sólo son deliciosas para el paladar sino que forman parte de una tradición transmitida de generación en generación y que evocan a la historia y cultura aragonesa.
Preparación de las torrijas
La elaboración de las torrijas comienza con el pan preferiblemente del día previo, para que su textura permita absorber mejor la leche o el vino, según variantes, sin deshacerse.
Este pan se corta en rebanadas, que luego se remojan en leche aromatizada con canela y cáscara de limón para infundir sutiles pero profundos sabores y aromas.
Tras empaparse bien, se pasan por huevo batido y se fríen en aceite caliente hasta dorarse perfectamente.
El toque final es una generosa capa de azúcar y canela espolvoreada sobre las aún templadas torrijas, creando una crujiente textura que contrasta muy bien con el interior esponjoso y suave.
Más allá de su elaboración, las torrijas demuestran la capacidad culinaria aragonesa para transformar ingredientes sencillos en platos extraordinarios.
Sus orígenes se remontan a la Edad Media, cuando ya se mencionaba en el recetario como forma de aprovechar el pan sobrante.
A lo largo de los siglos se han convertido en un símbolo de la Semana Santa no solo en Zaragoza sino en toda España, adaptándose y evolucionando con cada generación pero manteniendo su esencia reconfortante y su inconfundible sabor.
Conocer Zaragoza implica también explorar sus sabores, y las torrijas son una parada obligada en este viaje sensorial.
Más que un mero postre, representan la historia viva de Aragón, una historia que se conoce bocado a bocado.
Al degustarlas no solo se disfruta un dulce exquisito, también se participa de una tradición perdurable a través del tiempo, que une a las personas en torno a la mesa en celebración de la fe, la familia y la comunidad.
Un viaje gastronómico por Zaragoza
La gastronomía de Zaragoza es un fiel reflejo de su historia, su cultura y su entorno geográfico, donde conviven desde platos muy sencillos con profundas raíces tradicionales hasta propuestas culinarias innovadoras y creativas donde se respeta y ensalza la materia prima local.
Cada bocado, cada degustación de estos platos, y cada sorbo de sus dulces, alimenta el cuerpo y al mismo tiempo al espíritu, contando historias de siglos, y celebrando la rica diversidad de Zaragoza.
Así que, la próxima vez que visites la capital de Aragón, no dejes de hacer un recorrido sensorial que promete ser tan enriquecedor como inolvidable.
¡Buen provecho, y buen viaje gastronómico por Zaragoza!
También puedes ir un paso más allá y animarte a realizar uno de nuestros tours privados por el centro de Zaragoza y si te han gustado estas propuestas de Platos de Zaragoza, no puedes perderte nuestra selección de 10 cosas que hacer si visitas Zaragoza.